Antes de que se acabe el día
de hoy quiero compartirles una reseña temática del Día de los Muertos, una
festividad muy bonita que tenemos aquí en México, y aunque no soy
especialmente adepto a festejarla, dada que no es muy costumbre de mi familia
(somos medio apáticos supongo), si me gusta el aspecto cultural que representa.
Últimamente parece que la
festividad goza de mucha popularidad fuera de México, especialmente en nuestro
vecino del norte USA, cada vez hay más productos de por allá que representan la
fecha, como por ejemplo esta película, y próximamente la película COCO de
Pixar.
Si han leído mi Top de Películas
animadas Favoritas, sabrán que esta toma un merecido lugar en dicha lista.
Veamos por que:
Jorge R. Gutiérrez, atora
conocido por su trabajo en “El Tigre” la serie animada de Nickelodeon, vuelve a
representar a México y su cultura, con la ayuda de nada menos que Guillermo del
Toro. Con un estilo artístico muy característico de Gutiérrez, lo mismo que su
humor.
La historia es simple, un triángulo
amoroso, una historia por demás de cliché, pero al menos es uno en el que los
tres personajes son buena gente, divertidos y carismáticos. Manolo un Torero
que se niega a matar el toro y desea ser músico, Joaquín un intrépido joven que
desea seguir los pasos de su padre y convertirse en un héroe de leyenda, ambos
desean el amor de María, una chica inteligente y determinada.
La historia hasta ahí no tiene
de especial salvo personajes carismáticos, pero punto importante de la misma es
que el triángulo amoroso en que se involucran estos personajes es el centro de
una apuesta entre La Muerte quien es diseñada como una preciosa catrina (aunque
muy distinta al concepto del Sr. Guadalupe Posada) y Xibalbá, reyes de los
inframundos conocidos como “La Tierra de los recordados” y “La Tierra de los
olvidados” respectivamente.
Es interesante el uso
argumental de estos personajes, ninguno de los dos existe como tal dentro del
folclore prehispánico mexicano, aunque se pudiera pensar eso. La Catrina es un
elemento cultural de reciente creación traído al mundo por el artista José
Guadalupe Posad y nombrada por Diego Rivera, mientras que Xibalbá no es un ser,
sino un lugar, dentro de la mitología del Popol Vuh Xibalbá vendría a ser el
inframundo. Sin embargo la película se las ingenia para crear su propia mitología,
donde ambas entidades juegan un papel importante en el destino de todo
fallecido, como seres inmortales y poderosos, la vida de los mortales es de su
curiosidad y entretenimiento. Xibalbá está cansado de gobernar la tierra de los
olvidados, y desea intercambiar lugares
con la Muerte. Lo que desata una apuesta basada en cuál de los dos jóvenes lograra
al final conquistar el corazón de María, Xibalbá apuesta por el intrépido Joaquín,
mientras que La muerte apuesta por el sentimental Manolo.
Este es la trama de la película,
la cual ante todo, no se puede jactar de ser impredecible o demasiado novedosa,
todo hay que decirlo, sin embargo sí que está bien ejecutada y contiene muchos
elementos interesantes. El primero de ellos es la forma en que se representa el
Día de Muertos, y lo que significa para quienes lo celebran, un día para
mantener vivo el recuerdo y el espíritu de los familiares que aman, un día en
que estos familiares pueden regresar y disfrutar del tiempo y la ofrenda que
los vivos les ofrecen. La película lo explica cerca del inicio y hay que decir
que es una explicación muy bonita.
Otro punto interesante son las
relaciones entre los personajes, era el camino fácil convertir a Joaquín en un patán
antipático, pero no lo es, es buen amigo de Manolo y ambos desean el bien del
otro. Del mismo modo aunque al inicio de la película Xibalbá se presenta como
el potencial villano, a lo largo de la película vemos que no es tal, e incluso está
dispuesto a ayudar, por no decir la relación amor-odio que hay entre él y la
Muerte.
El mayor defecto de la película
seria tal vez el villano real, un bandido muy unidimensional y que más que un
personaje es el recurso final de la trama para que la misma siga avanzando
hacia el climax, y que todos los personajes puedan cumplir con su arco,
especialmente Manolo quien es el auténtico protagonista de la historia.
El aspecto artístico es
sobresaliente, la música es buena, y el diseño de personajes y escenarios es fantástico,
utilizando un aspecto que semeja el de títeres de madera, y fabulosos colores
para representar la tierra de los recordados, y un aspecto mucho más lúgubre en
la tierra de los olvidados.
Una película divertida, con un
aspecto visual inolvidable y un buen mensaje, no es una película rompedora en
su género, pero tiene mucho que apreciar en ella.
Ya en un aspecto aún más
personal, no quiero dejar de resaltar el maravilloso guiño a la película de
Macario, cuando vemos una escena con velas que representan cada una la vida de
una persona, así pues cuando la vela se apaga nos encontramos que esa persona
mure, un elemento tomado claramente de Macario, que es por sí misma una
maravillosa película (Y un fabuloso libro).
la escena de las velas de Macario:
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