Follow my blog with Bloglovin ¡Hey Arnold! La jungla ~ LAS BÓVEDAS DE ACERO

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Las series del Terryverse

Terry Moore es un escritor y dibujante de comics que suele trabajar de manera independiente. Aunque tiene algún trabajo aislado aquí y allá...

lunes, 15 de abril de 2013

¡Hey Arnold! La jungla



¡Qué tal! Esta es una entrada muy especial, verán, es para compartir un proyecto que inicie hace ya mucho tiempo, pero que por asares del destino (y mi vagancia) quedo inactivo por mucho tiempo, más de un año, pero nunca estuvo muerto, muy seguido me proponía continuarlo, pero algo se ponía en medio y no lo hice, cosa de la cual estoy muy arrepentido.
Pero si algo bueno salió de esa inactividad fue que logre hacerme una idea mejor de como quiero que se desarrolle la historia, porque de eso se trata esto, una historia
Como ya se habrán dado cuenta, por mi imagen de perfil, soy un gran admirador de la serie ¡Hey Arnold!,  esa caricatura de los años 90’s transmitida por nickelodeon. La serie trataba de Arnold un niño en 4° grado bastante maduro para su edad, aunque algo soñador y en exceso optimista, aunque maduro sigue siendo un niño y se enfrentara a problemas propios de su edad, así como a los problemas y situación de la gente que lo rodea.
La serie fue exitosa, y como era común para nickelodeon en aquella época decidieron hacer una película, lo curioso de las películas de nickelodeon es que siempre había uno o dos episodios que servían de introducción al film (paso con rugrats y The Wild Thornberrys), hey Arnold no fue la excepción a esa regla, y se creó un episodio en el que sabemos el pasado de los padres de Arnold (quien vive con sus abuelos dada la desaparición de sus padres), no solo eso si no que este episodio termino con un claro “continuara” salvo que también es el final de la serie. La película seria la continuación directa de la serie, pero debido a varios problemas internos de Nickelodeon, se vieron obligados a usar una trama totalmente distinta, en la que Arnold tendría que salvar el vecindario donde vivía, dejando la trama de los padres de Arnold para una esperada secuela.
Sin embargo la secuela no llego, y la película de “la jungla” (el nombre tentativo) nunca llego a hacerse, pues las bajas ganancias del primer fil, hicieron que Nick decidiera cancelar el proyecto, con el tiempo el creador de Arnold tubo una discusión con el canal nickelodeon, y abandono el mismo dejando el proyecto más muerto de lo que ya estaba.
Esto no es suficiente para mí, y sé que no lo es para muchos fans, por eso decidí hacer yo mismo esa película, a modo de relato, por supuesto no sé qué pasaba en la historia original, nadie lo sabe, esto es solo lo que me hubiese gustado que pasara.
En su momento escribí 5 capítulos, en lo que fue mi antigua cuenta y mi antiguo blog: blog que pronto cerrare ahora revivo mi proyecto y les prometo que pronto verán el capítulo 6
Sin más preámbulo, les presento:




¡Hey Arnold! La jungla
Capítulo  1
 El Sr. Simmons
El verano pasó muy rápidamente y el nuevo curso de quinto grado inicio muy rápido en la escuela pública ciento dieciocho y comenzó igual de agitado que siempre, el sr Simmons fue designado como el maestro del grupo por lo que impartiría clase a los mismos niños que el curso anterior, eso a decir verdad lo tenía bastante feliz después de todo había llegado a encariñarse con ellos pues como él dice con frecuencia. “todos son muy especiales, en su forma especial”.

Simmons se encontraba sentado en su escritorio cuando comenzaron a entrar los niños, el primero en cruzar la puerta fue Eugene pero como era de esperar, apenas entro se tropezó, intento tomarse del escritorio pero en su lugar sujeto la cubierta de tela que estaba encima lo que hiso que todo lo que había sobre él se callera encima del pobre de Eugene.

-¡Por dios Eugene! - dijo el señor Simmons bastante alterado.
-Estoy bien- contesto Eugene rápidamente.
-En ese caso por favor toma asiento.
-¡Apártate del camino niño salado!
-Helga por favor no seas tan irritable con Eugene después de todo fue solo un incidente. – replico Simmons
- Pues yo empiezo a creer que lo hace apropósito, nadie puede lastimarse tan seguido

La clase mientras tanto ya se había reunido alrededor de la escena, en su mayoría riéndose del incidente. Harold principalmente reía estrepitosamente, Eugene rápidamente se puso de pie e inicio a reírse junto con sus compañeros de lo que ya era algo habitual en la escuela
-Muy bien chicos por favor tomen asiento por favor. Como saben hoy empezamos un nuevo año escolar “un año muy especial”, y por ello tengo varios anuncios al respecto: primero, el director Wartz me ha pedido decirles que este año no tolerara más disturbios parecidos a los que tuvimos el curso pasado; segundo, próximamente tendremos en la escuela un concurso de ensayos, en el cual puede participar todo aquel que lo desee, se trata de una etapa preliminar de lo que después será un concurso estatal. Todo aquel que desee participar espero que me lo comunique para el final de la semana, pues es el límite de tiempo para inscribirse, el tema del ensayo será abierto por lo que podrán escribir sobre lo que quieran, siempre que cumpla con las normas del concurso

Después del incidente de Eugene y de los anuncios del maestro la clase se desarrolló de forma normal, al menos lo que se podría considerar normal en la pública uno dieciocho. La hora del almuerzo llego rápidamente y los alumnos se retiraron rápidamente para reunirse en las mesas de la cafetería escolar. Harold, Stinky y Sid fueron rápidamente a la mesa del rincón, Gerald fue el siguiente en llegar, seguido de Curly; Rhonda, Phoebe y Helga se sentaron en la mesa continua, el último en llegar fue Arnold
-Hey chicos que hicieron durante las vacaciones de verano. – dijo Harold antes de darle una enorme mordida a su emparedado.
-Nada realmente interesante. – Contesto Sid. – Aunque fui a pescar en varias ocasiones con mi Papá
-Yo viaje a parís con mis padres, fue realmente hermoso, claro que no cualquiera puede disfrutar de tan buen viaje, dudo que ustedes sean capases de apreciar tan magnífica experiencia.
-Aprecia esto Rhonda.- Pronuncio Harold justo antes de exprimir con ambas manos el cartón de su leche con chocolate en dirección hacia Rhonda.
-¡Harold, mira lo que has hecho, arruinaste mi sudadera nueva!
La mayoría soltó una gran carcajada con la pequeña broma de Harold, aunque al poco tiempo Rhonda dirigió una mirada bastante fría a Harold, al notarlo este se cayó de súbito, los demás imitaron a Harold al poco tiempo.
-Pues mis estúpidos padres me obligaron a pasar las vacaciones en Alaska, con la irritante de mi hermana Olgaaaaaa, puaj imagínense cinco horas en un avión escuchando lo fabuloso que sería estar con ella, en Alaska hacia tanto frio que Big Bob no quiso salir por lo que nos quedamos en casa de Olga casi todo el tiempo escuchado lo fabulosa que es. – Dijo Helga algo exasperada - ¿Qué hay de ti cabeza de balón?, ¿Qué hiciste este podrido Verano?
Pero Arnold no contesto, Helga respondió:
-¡Arnold!- Nada
-¡Arnold! -Nada
-¡HEY ARNOLD!
-¿He?- contesto Arnold al fin
-Vaya que vives en tu mundo cabeza de balón, ¿Qué hiciste durante el verano?
-Ho, Nada en especial, si me disculpan tengo que ir a… he… debo irme – dijo Arnold un tanto cabizbajo, mientras se parva sin apenas haber tocado el almuerzo de la bandeja
-Oye Arnie ¿estás bien? – Dijo Gerald un obviamente preocupado.
- SI no te preocupes solo necesito un tiempo a solas para pensar.- dijo Arnold mientras se dirigía a la salida de la cafetería.
-Ese Arnold, algo tiene y don maduro de seguro no quiere decir nada. – Suspiro Gerald.
Helga mientras tanto observaba irse a Arnold de manera discreta, una vez salió, se levantó.
- Phoebe, nos vamos. – dijo en su habitual tono de orden.
-yéndonos.- Dijo Phoebe al instante y se para casi tan rápido como Helga.

Ambas salieron rápidamente en dirección al baño de niñas. Mientras tanto el Sr. Simmons observaba la escena desde la mesa en que almorzaba con el director Wartz, y no le pasaba desapercibida la reacción de Arnold, incluso noto algo sutilmente extraño en l comportamiento de Helga. Durante el año anterior Arnold Había ayudado a todos sus compañeros de clase ya muchos habitantes de la ciudad, incluso a él en más de una ocasión “será este el momento de ayudarlo a él” pensó para sus adentros el profesor de quinto grado

Capítulo 2

La misión de Gerald

-Director Wartz, si me disculpa tengo que regresar al salón de clases. –se disculpo el Sr. Simmons, un poco apresurado.
-¿He?.. Ha, o si por supuesto, haga lo que tiene que hacer profesor. – contesto Wartz sin darle demasiado importancia al asunto, pues era la oportunidad perfecta para retirarse el también y regresar a su oficina a tomar una pequeña siesta.

En las mesas de almuerzo la plática continua durante un tiempo más, Eugene hablo sobre sus vacaciones en Washington y como se perdió el primer día, Nadine comento que ella pasó la mayor parte del verano estudiando a una rara clase de escarabajo que encontró en el parque. Cuando Gerald termino su almuerzo se despidió y se para para ir en busca de Arnold, se veía un poco preocupado, Arnold había estado muy raro durante el verano aunque claro él se negaba a aceptarlo, Gerald sabía que tenía que ver con un diario que Arnold encontró en la casa de huéspedes pero fuera de eso no sabía nada más, el no quiso decir nada más. Se estaba dirigiendo al patio de juegos aunque en realidad no sabía si su mejor amigo se encontraría allí, de no ser de ese modo simplemente buscarlo en otro lugar. Pero algo interrumpió su camino justo cuando pasaba por el pasillo en que estaba su salón de clases.

-Gerald, ¿podrías venir un momento? Por favor. – escucho decir al señor Simmons
-Ho claro profesor.
Gerald entro a el salón de clases, se veía un poco diferente al del curso anterior, Simmons aún no había colocado casi ningún cartel en las paredes o ventanas por lo que se veía vacio en comparación del anterior, además habían pintado las paredes de un color crema claro que lo hacía verse más iluminado, Simmons se encontraba sentado en el asiento de su escritorio con una expresión apacible pero claramente preocupada
-¿Puedo ayudarle en algo Sr. Simmons?- pregunto, con tono desconcertado pero amable
- Ha decir verdad no lo sé, pero espero que sea posible- contesto el profesor sin cambiar su expresión
-¿Qué ocurre profesor?- pregunto ahora un poco más desconcertado que antes
-Se trata sobre Arnold, he notado que no está actuando como de costumbre, aunque a diferencia del resto de ustedes él no es tan escandaloso y piensa mucho en la inmortalidad del cangrejo, no pude evitar notar que hoy no solo se mantiene más serio de lo normal no creo que la palabra sea deprimido… yo diría más pensativo que de costumbre. Como tú eres su mejor amigo me imagine que podrías saber qué es lo que le está ocurriendo. 

Simmons se preguntó si debía mencionar que también noto algo distinto en Helga pero decidió que eso no era tan grave, tal vez en realidad no era nada a si que decidió olvidarlo de momento 

-La verdad no estoy seguro sobre qué le pasa a Arnold, estuvo muy raro todo el verano, pero estoy casi seguro de que tiene que ver con un diario que encontró en el ático de la casa de huéspedes – contesto Gerald aunque parecía que se había esforzado en decidir si debía confiar al Sr. Simmons esa información.
-Un diario he…. Me pregunto de qué se puede tratar, Gerald ¿Querrías hacerme un favor?, ¿Podrías averiguar de qué se trata todo esto?
-No lo sé señor, realmente parece que Arnold prefiere que no le hablemos del tema.
-Es una posibilidad, pero me parece que Arnold necesita nuestra ayuda de alguna manera y la única forma de brindársela es si sabemos que le ocurre. Debes averiguar sobre que es el diario.
-supongo que tiene razón profesor- respondo al fin Gerald un poco dudoso todavía.

Mientras tanto detrás de la puerta del salón de clases Helga y Phoebe escuchaban la conversación del profesor y el alumno.

-Helga no creo que debamos estar aquí – Dijo Phoebe en tono de reprobación.
-¿he?- pregunto Helga, apenas y recordaba que Phoebe se encontraba con ella. En cuanto la conversación de Simmons había comenzado ella perdió la noción de lo que ocurría a su alrededor, solo estaba pensando en que Arnold tenía alguna especie de problema – Ho Arnold me pregunto si estás bien, debe haber alguna forma de ayudarlo, si tan solo supiera de que es ese diario que tanto mencionan
¿Helga?- pregunto Phoebe
De pronto Helga recordó que con ella se encontraba Phoebe, y recupero el sentido
-Estúpido cabeza de balón se veía venir esto, siempre ayudando a los demás, ja ahora el necesita ayuda, Phoebe averigua de que se trata ese diario
-Averiguando – dijo Phoebe en su normal tono complaciente hacia Helga
-Ha y Phoebe, esta conversación nunca ocurrió
-Olvidando

Ambas se retiraron rápidamente cuando oyeron que Gerald se encontraba caminando hacia la salida
Cuando salió la intriga de Gerald aún no había disminuido, el Sr Simmons tenía razón tenía que averiguar qué es lo que le pasaba a su amigo, no era normal de el comportarse de esa manera. Nuevamente se dirigió a el patio de la escuela para saber si Arnold se encontraba allí, el patio se encontraba igual que siempre, el suelo de pavimento envejecido por el constante correteo de los niños, los juegos como pasamanos fabricados de tubos de aluminio pintados de color gris o amarillo, todo era exactamente como siempre, excepto porque no había niños jugando, después de todo la mayoría seguía en la cafetería.
Entonces Gerald vio a Arnold en la sima de un pasamano en forma de domo, se encontraba sentado mirando hacia el cielo, con la misma expresión que tenía cuando se fue de la cafetería.
¡Hey Arnold!- grito Gerald mientras se dirigía hacia Arnold casi corriendo.
-¿He?, a hola Gerald- Le contesto Arnold sin darle demasiado énfasis a la frase, casi como si no hubiera hablado realmente.
-¿Qué ocurre Arni es estado muy raro últimamente viejo?- dijo Gerald, imitando el tono de hablar de Arnold para poder ponerse a su nivel.
-No es nada, en serio no es nada.
-Habla viejo sé que tiene que ver con el diario que encontraste en el ático de la casa de huéspedes. ¿De quién es? ¿Del señor Hyunh? Él es muy raro apuesto que oculta algo y lo descubriste en el diario- lo último lo dijo en un tono un tanto más irónico y cómico, estaba probando si Arnold aún estaba de humor para reír.
Al chico de cabeza ovalada se le asomo una pequeña sonrisa, gesto que Gerald no paso por alto y lo animo a seguir con la estrategia.
-No, no es del señor Hyunh. La verdad no deseo hablar de eso ahora.- contesto Arnold.
-Vamos Arnie, de todas maneras tendrás que hacerlo en algún momento. No puedes andar así todo el tiempo.
-Bien pero no hagas un escándalo de ello ¿sí?- cedió al fin
La emoción de Gerald fue bastante extraña por un lado se encontraba feliz de al fin saber que pasaba con Arni, pero por el otro lado quedo en shock cuando Arnold dijo “es el diario de mi padre”.
-Dios Arni, esto es muy impactante, y sobre que habla el diario – Gerald hablaba casi tartamudeando.
-De cómo conoció a mi madre y un poco sobre que les paso.
-¿Enserio? Y ¿Qué paso con ellos?
-Bueno estaban en un país llamado San Lorenzo…

Capítulo 3

De espionaje y ojos verdes

El día estaba claro y soleado, en el patio de la escuela pública ciento dieciocho se encontraban Arnold y Gerald el primero distinguible por su enorme cabeza de balón bestia como de costumbre con una camisa a cuadros color rojo que le quedaba tan grande que debajo de su sudadera azul daba la impresión de ser un “kilt” escocés. Gerald también lucia como de costumbre, con un afro alargado y su camisa roja de balón cesto con el número treinta y tres en blanco abarcando la mayor parte de la camisa posible por delante y por detrás.
Sin embargo había algo diferente en esos dos, tenían una seriedad en sus rostros que se ve solo cuando algo muy importante está pasando, y como no si Arnold estaba diciendo a su mejor amigo que acababa de descubrir la verdad detrás de la desaparición de sus padres, pues como es sabido Arnold fue criado por sus extravagantes abuelos.
-¿San Lorenzo? Nunca había escuchado de ese lugar.- dijo Gerald con una expresión seria pero en un tono que destilaba curiosidad.
-aparentemente es un país de América del sur yo tampoco lo conocía, según el abuelo es muy chico y se encuentra cerca de Brasil y comparte parte de la selva amazónica.- fue lo que le contesto el chico de la cabeza de balón.
-bueno, estaban en San Lorenzo. ¿Qué fue lo les paso?
Y de ese modo fue que Arnold comenzó a contar la historia de sus padres.
fue en San Lorenzo donde se conocieron mi padre Miles era un antropólogo que se encontraba de expedición para estudiar unas ruinas por lo que he visto en fotografías era bastante fornido de cabello rubio y barbilla partida, aunque según mi abuelo un cabeza dura para todo lo que no fuese su trabajo. Mi madre Stella era una médica experta en botánica medicinal y se encontraba en las mismas ruinas, ella era alta aunque no tanto como mi padre, de cabello castaño y debo agregar que fue de ella de quien herede la forma de mi cabeza aunque la de ella no era tan alargada.
No paso mucho tiempo desde que se conocieron a que se enamoraron, en una ocasión mi padre tuvo la idea para una cita, su mejor amigo Eduardo le había dicho de una montaña que daba una vista hermosa de la zona por lo que invito a mi madre a subir por esa montaña, por la descripción de mi padre en su diario debe de ser un lugar hermoso, lo describe como si no hubiera más que un enorme lienzo verde con ocasionales manchas de colores, dividido por un serpenteante y ancho rio.
Pero no todo fue tan bueno ese día a paneas llegaron a la cima de la montaña resbalaron por el acantilado y fueron a parar por el rio, mi padre trato de sujetar a mi madre antes de caer pero eso solo provoco la caída de ambos. En el rio lograron salir a flote pero todo empeoro cuando se dieron cuenta de que se dirigían a una cascada. Intentaron asirse de lo que podían pero todo terminaba sucumbiendo a la propia fuerza del cauce del rio. Parecía que no había escapatoria cuando llegaron al filo de la cascada e inevitablemente cayeron.
Pero ocurrió un milagro, cuando lo creían todo perdido se dieron cuenta de que ya no caían y de que en realidad no cayeron por todo lo alto de la cascada. El agua aún les caía con una fuerza sorprendente, no veían bien en donde estaban pero se dieron cuenta de que se encontraban en una red. Siguieron las costuras de la misma y se encontraron en el interior de una caverna…”
-Araní estás hablando en serio no lo puedo creer. ¡Tus padres eran aventureros del estilo de las películas! - exclamo Gerald bastante entusiasmado, su rostro perdió todo rastro de seriedad.
-Bueno no es que ellos quisieran que pasara eso- respondió Arnold mucho más animado, parecía que estaba recuperando su actitud normal.
-Bueno Arni sigue Contando.
Lo que Arnold y Gerald no sabían es que una niña, de estatura baja con una enorme sudadera azul, lentes ovalados, cabello oscuro y recogido, de rasgos asiáticos estaba muy cerca de ellos escuchando todo lo que decían.
Phoebe fue encomendada por Helga para averiguar por qué Arnold se mostraba deprimido. Se supone que Phoebe solo actuaba por las ordenes de Helga y que no savia las razones por las que ella le encomendó esa misión, pero la verdad es que Phoebe siempre supo la verdad. Su mejor amiga y “jefa” estaba enamorada del cabeza de balón, nunca lo hablaron directamente pero ella no era tonta y se dio cuenta de ello muy pronto. Tampoco era un secreto que ella misma se sentía atraída por Gerald, incluso Gerald daba señas de sentirse atraído también. Pero esta relación siempre quedaba en segundo plano, en ese momento Phoebe sabía que lo más importante era lograr ayudar a Helga a conquistar a Arnold.
Se ocultó detrás de algunos juegos de metal y se puso a escuchar a los dos amigos, y a anotar todo lo que considerase importante, nunca le había gustado espiar pero al igual que Helga sentía muy extraña la actitud de Arnold, lo conocía hace tiempo y nunca lo había visto a sí. No pudo ocultar la impresión cuando Arnold inicio a contar la historia de sus padres. Nunca imagino que se tratara de algo tan serio, tardo un tiempo en recuperar la calma y seguir anotando todo lo que podía, sin embargo con forme escuchaba su interés fue aumentado y quedo absorta en la historia de Arnold olvidándose completamente de escribir “ya se lo contare a Helga después” pensó para sus adentros y se sentó más cómodamente para escuchar desde su escondite.
-Está bien, está bien, seguiré contando – Dijo Arnold sin percatarse de su segundo espectador.
El interior de la cueva era amplio e iluminado por una extraña tonalidad verde, los muros estaban repletos de gravados prehispánicos que mi madre identifico eran de la cultura de los ojos verdes, por lo que se veía algunos de los grabados eran recientes, pero se creía que la tribu llevaba extinta siglos. Esto desconcertó a mis padres sin embargo sintieron una enorme gratitud a las personas que indirectamente los habían salvado.
Ese fue el primero de los contactos que tuvieron mis padres con la gente de los ojos verdes, pero no fue el único tiempo después Eduardo les conto que una reliquia muy importante había sido robada de un templo que se creía pertenecía a los ojos verdes. Mis padres vieron esa como la oportunidad de devolverles el favor, lograron seguirle la vista al ladrón al cual en los bajos barrios se le conocía como la sombra. Lo encontraron no muy lejos de san Lorenzo, y en lo que mi padre describe como una pelea sorprendente de la que salió muy mal golpeado, pero al final recupero la reliquia, la cual estaba envuelta en unas mantas y que mi padre no quiso desenvolver, pues explica que era demasiado sagrada para que la vean personas ajenas a la tribu.
Después de recuperar el ídolo, se dieron a la tarea de buscar una forma de devolvérselo a la gente de los ojos verdes, viajaron por lo recóndito de la selva hasta que encontraron un pequeño altar de roca con inscripciones parecidas a las que había en la caverna de la cascada, era algo parecido a un semi-teatro pero más chico y con un pedestal en el centro, todo parecía construido con roca de jade, de la más fina, aunque deteriorada por el tiempo. Todo estaba cubierto por una capa de plantas enredaderas y otras malas hiervas, sin embargo se respiraba un aire de vida alrededor de ese lugar como si aún fuera frecuentado.
Dejaron el ídolo en el pedestal y se propusieron retirarse, en cuanto dieron la espalda al altar y avanzaron un poco, escucharon el inconfundible sonido de pasos corriendo, se dieron la vuelta y en el pedestal ya no se encontraba el ídolo en su lugar había dos medallones de oro con una roca de jade de colguije que asemejaba un ojo; un ojo verde.
Tiempo después mis padres decidieron casarse, la boda se realizó en San Lorenzo, en unas ruinas que daban vista a un acantilado y un rio, en un hermoso día soleado, mi padre pago el viaje de mi abuelo y abuela, también estaba Eduardo el mejor amigo de mi padre aunque por alguna razón no había familiares de mi madre en el lugar. La boda estaba sucediendo de manera normal, pero a poco más de la mitad ocurrió algo muy inesperado, se suscitó un terremoto en el lugar, nada se destruyó pero si causo un caos aún más inesperado, cuando parecía que la boda se cancelaria para hacerse en otro momento sucedió algo aún más inesperado, Eduardo vio que algo se acercaba por el rio. Resulto ser una canasta con una cría de cerdo en ella, en su cuello estaba un collar parecido al que los ojos verdes le habían dado a mis padres antes…”
-Espera. ¿Me estás diciendo que Habfner es un regalo de los ojos verdes?- expreso Gerald con los ojos saltones por la impresión, le era difícil creer que el cerdo mascota de Arnold tuviera un pasado tan sorprendente.
-Yo tampoco lo podía creer cuando encontré el diario es bastante sorprendente, la verdad nunca antes me había preguntado de donde habíamos sacado a Habfner, con tantos animales en la casa y lo raro de mis abuelos – explico Arnold que ya había recuperado su ánimo normal – pero bueno, déjame continuar
con el regalo de los ojos verdes, mis padres se animaron para continuar la boda ese día, y así fue, después de ese día ellos fueron marido y mujer, continuaron trabajando en San Lorenzo cuando ocurrió otro desastre, los grupos indígenas del país se vieron azotados por una horrible epidemia, mis padres creyeron que los ojos verdes también estarían siendo afectados por lo que se dieron a la tarea de buscar una cura, mi madre empleo todo su conocimiento en plantas curativas para crear la medicina, y mi padre le ayudo buscando todas las plantas necesarias en lo más recóndito de la selva. Mientras tanto también ocurrió algo más, mi madre se embarazo.
Los meses pasaron y mis padres seguían buscando la cura, pero el tiempo empezaba a verse corto, si no la descubrían pronto los ojos verdes morirían por la enfermedad, al que se le conocía como el mal del sueño, en una de las búsquedas por plantas extrañas mi madre entro en trabajo de parto, era de noche y no había hospitales cerca pues se encontraban en lo más profundo de la selva, encontraron unas ruinas en que refugiarse pero cuando todo parecía que no podía empeorar, un volcán que se creía inactivo hizo erupción muy cerca de donde ellos estaban, la lava empezó a fluir muy cerca de las ruinas, los animales intentaban de correr y refugiarse en lugares altos, los que no podían simplemente morían quemados por el hirviente magma. Fue en ese momento cuando nací yo y por alguna razón al mismo tiempo se detuvo el volcán”
-Vamos Arni. ¿Al mismo tiempo?- Dijo Gerald con tono de incredulidad pero interés.
-Yo solo te digo lo que decía el diario- Respondió Arnold divertido.
-¿Por qué crees que paso?
-No lo sé pero es extraño, debió ser solo una coincidencia, déjame terminar.
Después de que nací, mis padres siguieron buscando la cura además de cuidarme, paso un tiempo más antes de que pudieran desarrollar la medicina, pero al final lo pudieron lograr. Fueron al mismo lugar en que entregaron el ídolo robado y pusieron una caja con los frascos de medicina, y como la vez anterior apenas se dieron la vuelta la caja desapareció y había en su lugar otras joyas de jade.
Mis padres siguieron en San Lorenzo por un tiempo, pero empezaron a creer que el lugar era demasiado peligroso para cuidarme por lo que al poco tiempo decidieron regresar al vecindario, a la casa de huéspedes de mis abuelos, mi abuelo estaba encantado de que su hijo volviera a el viejo vecindario, y por un tiempo todo parecía marchar bien. Pero un día Eduardo llego a visitarlos y les trajo con él, muy malas noticias, en San Lorenzo había aparecido otro brote del más del sueño, mis padres no sabían que hacer por un lado no querían dejarme solo, pero por otro la gente de los ojos verdes se habían vuelto muy importantes para ellos, luego pasar noches pensando en que hacer decidieron que irían a San Lorenzo una vez más solo para ayudar a los ojos verdes y que volverían lo más pronto posible, unas semanas a lo mucho, eso fue lo que le dijeron a mis abuelas, cuando me dejaron a su cuidado, pero como sabes, ellos nunca volvieron.”
A Arnold se le escapo una pequeña lagrima con las últimas palabras, sin embargo se notaba que ahora está de mejor ánimo que antes, contarle la historia de sus padres a su mejor amigo lo había hecho sentir mejor.
-Valla Arni en serio no me imaginaba que a si fuera como habían desaparecido tus padres- fue la mejor respuesta que Gerald pudo decir.
-Si bueno yo tampoco, pero el diario es la prueba. Y no es todo sabes- fue lo que le respondió Arnold a su amigo.
-¿Qué quieres decir?- respondió Gerald contrariado.
-Al final del diario había un mapa, un mapa para encontrar a los ojos verdes, o eso parece. – Dijo Arnold con un tono de misterio parecía que tenía tiempo queriendo llegar a esa parte de la historia.
-¡Enserio Arni! y ¿crees que estén con vida?
-No lo sé, de todas maneras no puedo comprobarlo- había un tono de desilusión en la voz de Arnold aunque aún conservaba su recién recuperado ánimo.
-Bueno, gracia por contármelo amigo, sabes que estoy aquí para apoyarte- comento Gerald.
-No te preocupes de todas maneras tenía que decírselo a alguien, Creo que es hora de que nos vallamos. Dijo Arnold mucho más feliz- hoy hay juego de cartas en casa de Stinky.
Está bien Arnold.- fue la respuesta de su mejor amigo.
Ambos amigos se pararon y fueron por sus bicicletas para ir a buscar al resto de la pandilla e ir después a casa de Stinky.
Phoebe se encontraba anonadada por lo que acababa de oír, simplemente le parecía increíble, durante un momento había olvidado todo lo demás, su mente no tenía cabida para nada más que la historia de Arnold, pero ahora que los dos amigos se habían ido ella decidió que era momento de recuperarse. Tenía que buscar a Helga para contarle todo lo que había escuchado.
Se paró, busco su mochila y se dirigió hacia casa de su amiga.
Capítulo 4
Ensayo con destino a San Lorenzo

Phoebe, se dirigía hacia la casa de Helga donde tendría que contar todo lo escucho durante la conversación de Arnold y Gerald. Le resultaba difícil el hecho de tener que explicárselo a Helga sin que ella creyera que todo fuese falso, después de todo la historia era sorprendente.
El vecindario esta tan deslucido como de costumbre y a la vez era un ambiente acogedor para todos los habitantes. Phoebe dejo atrás la carnicería del Sr. Green y la florería de la Sra. Vitelo, que aunque antiguas resaltaban en el lugar pues eran un punto de referencia para todos, todos y cada uno de los niños y adultos del viejo vecindario conocían esos lugares.
Phoebe llego a la casa de Helga poco antes de la cena, la casa de Helga era grande, no podía ser de otra forma pues a su padre le gustaba presumir, era de un color azul un tanto más fuerte que el del cielo, con unas ventanas de casi el tamaño de la puerta. Phoebe tocó el timbre y al poco tiempo abrió la puerta la madre de Helga.
Como de costumbre “Miriam” tenía una apariencia somnolienta y desalineada, y hablaba con un aire de cansancio que pocas veces se alejaba de su voz, vestida con un largo y simple vestido color purpura claro y de cabello rubio que le quedaba a poca distancia de los hombros.
-oh eres tu Phoebe, pasa por, favor Helga está en su habitación.
Phoebe, entro a la casa, como siempre la misma estaba impecable. Con tonalidades moradas en las paredes, el pasillo principal tenía dos direcciones a la izquierda daba hacia la sala donde “Big Bob” el padre de Helga se encontraba viendo un partido de football americano, el mismo n siquiera se dio cuenta de la entrada de phoebe a la casa, estaba demasiado ocupado gritándole al arbitro. Por la derecha se encontraba la cocina, distinguible por el color amarillo claro en las paredes, y al final de la misma se encontraba otro pasillo con la base de las escaleras, Phoebe las subió.

Gerald paladeaba en bicicleta asía la casa del Sr. Simmons, en el camino se preguntaba, que tanto tenía que decirle sobre lo escuchado de su mejor amigo, era obvio que las intenciones del maestro no eran malas, pero el tendía a sobre exagerar las cosas, además Arnold le conto todo de manera confidencial, y no podía traicionar a su amigo. Llego a la conclusión de que lo mejor era solo decirle que se sentía un poco alterado por sus padres, pero que ya se sentía mejor, no era mentir y al mismo tiempo respetaba la privacidad de su amigo.
Llego a la casa de su profesor, un lugar pequeño, de color rojo, y con un patio abundantemente verde, manchado de diversos colores, fruto de las flores que el Sr. Simmons plantaba constantemente, pues junto a la poesía la jardinería era su pasatiempo preferido. Bajo de la bicicleta, la dejo a un costado de la reja, y toco la puerta. Al poco tiempo, el a pasible director abrió la puerta.
El Sr. Simmons, que tenía cerca de 30 años, ya estaba muy calvo para su edad, y solo le restaba cabello de color amarillo fuerte alrededor de la nuca, de tez blanca y rostro amable, tenía la clásica forma de vestir del maestro de los años 50’s, con una camisa blanca debajo de un chaleco de lana de color verde opaco.
-¡Ho! hola Gerald, que sorpresa verte por aquí. – En la voz del profesor se distinguía su normal tono apacible, aunque algo desconcertado.
-Bueno señor, después de todo usted me pidió que instigara que es lo que le sucedía a Arnold- Respondió Gerald, sin darle demasiada importancia a lo que decía.
- ¡ha claro!, eso, discúlpame, después de que terminaron las clases me puse a trabajar en la organización del concurso de ensayos del que les hable en las clases, y casi me olvido por completo de Arnold. - El Sr. Simmons estaba claramente sorprendido por haber olvidado el asunto. - ¡Por dios que modales los míos! Pasa por favor Gerald- Dijo todavía más exaltado
Gerald entro en la casa, por dentro esta estaba pintada con color azul claro, y de las paredes colgaban infinidad de retratos de los familiares del Sr. Simmons entre otros cachivaches que el profesor había conseguido con los años. Pasaron a la sala de estar, la habitación más iluminada de la casa, en ella había dos sillones uno grande para tres personas y uno más chico solo para dos, eran de color blanco, y parecían recién comprados, estaban ubicados alrededor de una mesa para café echa de caoba, para sorpresa de Gerald no había un televisor en la habitación, en su lugar, en un rincón se encontraba un librero lleno de libros que claramente eran de poesía.
Gerald se sentó en el sillón chico, y el Profesor en el más grande.
-¿bien Gerald, sabes que es lo que le ocurre a Arnold?- pregunto el profesor con un claro interés en el tema.
-Bien parece que se sentía un poco mal, respecto a sus padres. Resulta que hace poco descubrió un poco de su pasado y pues lo deprimió un poco. Pero por favor ya no se preocupe más, después de que hablamos recupero mucho de su ánimo, creo que dentro de poco estará bien de nuevo.- Respondió el chico, con mucho cuidado de no mencionar más de lo debido.
El profesor, se preguntó por el pasado de los padres de Arnold, pero considero que era demasiado personal, y que no debía involucrarse en el asunto más de lo debido
-bueno, en ese caso creo que lo mejor para hacer que se mejore, es distraerlo con otros asuntos, me parece que tengo el proyecto perfecto para eso.- el rostro del maestro reflejaba entusiasmo mientras hablaba.- Creo que sería buena idea que Arnold, ¡no!, la clase, participe en el concurso de ensayos que les mencione durante las clases, eso mantendrá a Arnold pensando en otras cosas, y ayudara a que se mejora. Además tal vez hasta ganemos, el premio para el primer lugar Nacional es un viaje para toda la clase al país que prefiera el ganador – el profesor mostraba cierta esperanza de que la victoria fuese posible, aunque igualmente se detectaba un tono sarcástico respecto al tema
En cuanto Gerald, escucho sobre el premio, supo que Arnold participaría, aunque no por eso dejaría de pensar en sus padres, era claro, que el decidiría ir a San Lorenzo, Pero no podía mencionárselo al Sr. Simmons
-Creo, que es buena idea. Bueno tengo que irme, mis padres me esperan para la cena- Aunque en realidad no estaba convencido del asunto,
-oh, claro Gerald, lamento haberte echo venir hasta acá.- Dijo Simmons con su habitual amabilidad
-No hay problema señor- Dijo Gerald mientras salía por la puerta principal.
Sin embargo, mientras el joven estudiante montaba su bicicleta hacia su casa no podía evitar preguntarse: ¿Qué pasaría si realmente ganaba Arnold el concurso?

En el interior de su habitación, cerrada con llave, Helga se encontraba encerrada en el armario, igualmente cerrado con llave, el interior del mismo daba la impresión de ser un templo más que un armario. En el centro se encontraba un altar adornado con fotos , mechones de cabello, y velas aromáticas, en el centro del mismo destacaba un busto, echo a mano por la misma Helga, era un busto de Arnold, su amor secreto, su única pasión, aquel por el que había llenado centenares de libretas, con poemas en su honor. El busto estaba conformado por un cuerpo de cartón, y la cabeza formada con un antiguo balón de football, el cabello estaba representado por plumas de diversos colores y el rostro por pinturas que parecían rupestres
-¡Ho Arnold! ¿Por qué tu entre todas las personas se encuentra hoy tan tiste? ¡Tu símbolo de la bondad, y el Amor más puro y sincero que hay en mi corazón¡- Decía Helga como si estuviese declamando una poesía en prosa- ¡Pero no te preocupes más, amor mío, que juro por este amor que encontrare la forma de ayudar¡ ¡y tal vez, un día no muy lejano sea capaz de decirte todos mis verdaderos sentimientos¡ ¿Pero? ¿Serás capaz de aceptarme? Después de todo lo que te e echo.
En ese momento escucho que alguien tocaba la puerta, y se detuve en súbito, se apresuró a esconder todo lo que contenía el closet detrás de unos abrigos viejos y montones de cajas.
-¿Quién es?- grito enfadada.
-Soy yo, Phoebe- contesto su amiga desde detrás de la puerta.
Helga le abrió la puerta y le permitió entrar a su habitación.
-¿Y bien? ¿Qué conseguiste?- Pegunto Helga bruscamente
-Vine a decirte lo que averigüe sobre Arnold, aunque aun no entiendo por qué es que es tan importante que lo averigües.- ella sabía la respuesta, e incluso sabía que Helga evadiera la pregunta, creyó que era necesario formularla
- ah pues… digamos que le debo un favor al cabeza de balón – respondió Helga sin mostrar demasiada importancia al asunto, aunque por dentro temió que Phoebe averiguara su secreto.
Se sentaron en la cama e Helga la cual era de un tono azul claro que combinaba con el resto de la casa. Durante un tiempo Phoebe solo se dedicó a contarle a Helga lo que había escuchado en el patio de la escuela, mientras Helga se limitaba a escuchar atentamente con una ocasional cara de sorpresa. Una vez la niña término de contar la historia la otra exclamo.
-¡conque es eso lo que le ocurre al chico! Bueno ahora solo debemos encontrar una forma de ayudarlo
-De hecho Helga, creo que tengo una idea, aunque en realidad es algo extravagante.- Dijo Phoebe un tanto desconfiada de su propio plan.
-bien ¡pues habla!- Grito Helga aparentando estar enfadada, aunque no era a si pues no creía que algo que saliera de la cabeza de su amiga pudiese ser un disparate.
-Bueno ¿Recuerdas el concurso de ensayos, del que hablo el Sr. Simmons? Pues él me conto que el premio para el ganador a nivel nacional era un viaje para cualquier lugar del mundo, para toda la clase en que se encontrara el ganador. Creo que si ganamos podríamos ir a San Lorenzo, aunque no es nada fácil por supuesto.
- ¡Pero claro! es perfecto, Phoebe tu eres la única de la clase que podría ganar, debes esforzarte al máximo, luego inventaremos una excusa de por qué elegiste precisamente ir a ese país. ¡Si Arnold tiene realmente alguna posibilidad de encontrar a sus padres, y descubre que es gracias a nosotras, entonces él se enamo…! ¡Se alegrara, y le pagare el favor!- Helga estaba tan exaltada que por un momento se había olvidado de la presencia de Phoebe y hablo con su tono soñador y poético, pero recupero rápidamente la razón.
- ¡Espera Helga, no crees que es demasiado, realmente no creo que podamos llevar a cabo este plan!- Phoebe se mostraba claramente arrepentida de haber dicho su idea
-¡Claro que podemos! ¡Más bien, puedes!, yo no podré escribir un ensayo como tú lo harías, pero de seguro ganaras si haces un trabajo a tu nivel acostumbrado.
- Esta bien, después de todo yo también le debo varios favores a Arnold.- fue la respuesta final de la inteligente niña, había aceptado sobre todo por su lealtad a Helga, y por recordar las diversas ocasiones en que Arnold le ayudo
Después de tomada la decisión, Phoebe le dijo a Helga que debía ir a su casa, está la acompaño a la puerta y la despidió. Corrió directamente a su armario, tenía que admirar a su amado, si todo salía como planeaba, Arnold al fin seria suyo, después de todo ¡Un país exótico puede ser muy romántico! 

Capítulo 5
El concurso

¡Abuelo abuela, nunca adivinaran lo que paso hoy en la escuela!- Grito Arnold mientras entraba a la casa de huéspedes donde vivía, cuando entro la horda de perros de su abuela liderada por el cerdo mascota de Arnold salieron corriendo hacia la calle.

-¿Qué ocurre Kimba?- Pregunto su abuela desde la cocina, llevaba puesta su ropa de siempre un vestido verde muy simple, y un delantal blanco para la cocina, el cabello cano recogido en un peinado de cebolla que para variar se encontraba cubierto por un sombrero vaquero, tal vez porque cocinaba chile con carne para la cena del día.

-Es algo que dijo el Sr. Simmons hoy en clase- decía aceleradamente Arnold mientras corría a toda velocidad por el pasillo principal, hacia la cocina, tan rápido que no reparo en la presencia del Sr. Hyunh y casi tropieza con el mientras este se encontraba al teléfono, bien se hablando con su hija Mai o con su jefe en el restaurante. Afortunadamente Arnold logro esquivarlo al último momento.

-¿Y que fue eso que te emociono tanto muchacho?- Pregunto su abuelo también en la cocina mientras se preparaba un emparedado. El abuelo se encontraba al igual que su esposa vestido con su ropa típica; unos pantalones cafés con tirantes rojos, y una camisa blanca de manga corta. Su rostro inconfundible para quien sea que lo conociera resaltaba por su prominente barbilla partida y la anormal forma de su nuca que parecía tener un chichón permanente sobre ella.

Arnold al fin llego a la cocina, la cual lucia como de costumbre con un papel tapis verde pálido, además de deteriorado por el tiempo, manchado por quien sabe que cosas, y un tanto despegado en las esquinas por la humedad de los vapores que suele haber en la cocina. El niño que ahora estaba en 5° grado comenzó a contar las nuevas noticias.

-Verán, hoy durante la clase el Sr. Simmons nos recordó que pronto, dos semanas en realidad se realizara a nivel estatal un concurso de ensayos. El tema es libre y el profesor nos pidió a toda la clase que participemos. Pero lo importante es que el primer premio es un viaje para la clase a cualquier lugar del mundo que elija el ganador.- En ese momento las miradas del abuelo Phil y la abuela se cruzaron y por un segundo en un esto que solo ellos entendieron se reflejó preocupación-Esto significa que si gano poder elegir a donde ir. ¿Saben lo que significa?

-Pues que podrás visitar la bola de estambre más grande del país – Contesto el abuelo en su clásico tono jocoso

-¡Que podría ir a San Lorenzo! - Contesto Arnold, casi sin prestar atención a la broma de su abuelo- ¡Podría usar el mapa del diario y encontrar a mis padres¡- seguía diciendo Arnold más absorto en sí mismo que en la charla con sus abuelos

-Oye Arnold… - El abuelo quiso encontrar las palabras para decirle que su empresa no tenía sentido, no solo resultaba poco probable que Arnold ganara el concurso, más improbable resultaba que sus padres siguieran vivos en algún lugar y que este los encontrara, pero no las hayo- ¡Pues qué esperas¡ no sería ya tiempo de que escribieras ese ensayo.

-¡Claro! Ya mismo lo hare- Dijo Arnold aún más emocionado que antes

El joven cabeza de balón salió disparado hacia su aviación, tan rápido que no nota la presencia de un hombre alto con gabardina oscura y sombrero de bombín. El Sr. Smith se detuvo un momento en el portal de la puerta, dirigió una mirada fría al abuelo y dijo con voz profunda “el pago del mes lo tendré la semana próxima” y camino a su habitación sin dar tiempo al abuelo de responderle.

El abuelo apenas presto atención al Sr. Smith pues intercambiaba miradas de preocupación con su mujer, la abuela fue la primera en romper el silencio.

-¿Qué aremos Phil? Arnold solo se deprimirá si esto no resulta como el lo desea, y sabes que es difícil que las cosas resulten de ese modo.

-No lo sé galletita, Arnold suele ser más sensato, entusiasta pero sensato, pero con el tema de sus padres siempre ha sido diferente. Supongo que lo mejor es simplemente dejar que haga el ensayo, después de todo realmente es difícil que resulte ganador, y si logra hacerlo no podremos hacer más que apoyarlo.

El abuelo y la abuela siguieron cayados por un tiempo, pero después de que la cacerola exploto dejando trozos de carne por toda la cocina, parecieron recuperar su humor habitual.

Arnold entro en su habitación, la cual era la más lujosa de la casa de huéspedes, decorada como el departamento ideal de un soltero con un sofá que se metía en los muros para hacer espacio, sistema de sonido integrado en los muros, y una cama que quedaba justo debajo de los tragaluces del techo, por lo que de noche se podía apreciar el cielo nocturno. Estaba más emocionado que nunca, tomo el control remoto y prendió las luces, el estéreo y la PC.

Sentado en su escritorio y aun a pesar de su entusiasmo no se le ocurría que podría escribir que fuese lo suficientemente bueno para ganar el concurso, era la oportunidad de su vida y no tenía una segunda, lo que escribiese debía ser impactante e interesante, sin llegar a ser demasiado personal, pues no podía perder la formalidad del ensayo. Pero luego de unos minutos al fin una idea se formó dentro de su cabeza, recordó que en su vecindario y en la gente que vivía en el tenían una gran cantidad de historias, las que en conjunto bien podían dar como resultado una visión general de la vida en “las pequeñas ciudades” a si pues el concepto para el ensayo de Arnold era exponer una opinión sobre los eventos más destacados de su barrio, cosas como la campaña del Sr. Green (el carnicero) para ser representante del barrio serian perfectos para escribir .

Con las ideas claras en su mente, por fin se puso a trabajar, nunca había estado tan interesado en que un trabajo saliera tan bien, y a pesar de que sabía que el Sr. Simmons le pidió a toda la clase que escribiese un ensayo nunca imagino que había otra persona que se estuviera esforzando tanto como el, y además a solo unas cuantas calles de donde él se encontraba.



En una casa de tamaño moderado, de dos pisos, y con una bonita decoración de plantas exóticas de muchos tonos de verdes pero sin flores, salvo por un árbol de cerezos, dentro de su habitación se encontraba Phoebe se encontraba al igual que Arnold trabajando en su ensayo. Su habitación, tenía una clara decoración oriental, pues la familia Heyerdahl era de descendencia japonesa por parte de su padre, en las paredes había colgadas unas cuantas pinturas con estilizados trazos de tinta china, el buro al lado de la cama estaba decorado con un pequeño bonsái. Recostada en la cama, y apoyada sobre sus codos para poder escribir Phoebe pensaba como continuar su ensayo, el cual con motivo de que el premio era un viaje decidió dedicar a la historia de los medios de transportes, desde primitivas carretas a caballo a potentes jets trasatlánticos. Pero tenía algunos problemas para pasar de manera coherente de los medios acuáticos a los medios aéreos. Durante ese pequeño lapso empezó a divagar un poco y a pensar sobre que era exactamente lo que ocurría si el plan de Helga tenia éxito, ella deseaba que a si fuera y por tanto quería escribir el mejor ensayo de su vida, pero al mismo tiempo sabía que de tener excito embarcaría a Arnold en una aventura muy riesgosa que además tenía pocas posibilidades de excito.

Por fin después de su corta divagación su mente se aclaró y encontró como continuar su ensayo, que con riesgo de que sonara pretensión creía que era digno de ganar el concurso.



Luego de una rigurosa semana en la que Arnold se dedicó a el ensayo como nunca se había dedicado a cualquier cosa (algo notable tomando en cuenta que Arnold era ya de por si un niño muy trabajador y persistente) por fin termino su ensayo. Y llego el momento de entregárselo al Sr. Simmons para que el lo mandara al concurso. Se encontraba en el salón de clases poco antes de que la misma empezara

-Hey Arni ¿Terminaste tu ensayo?- Pregunto Gerald apenas entro al aula.- yo apenas logre terminar el mío anoche aunque no creo que sea algo destacable.

- Si lo termine, Tarde mucho pero creo que tengo buenas posibilidades, creo que con suerte podría ir a San Lorenzo.-Dijo el cabeza de balón en tono entusiasmado.

-Sigues con eso viejo, realmente no creo que sea una buena idea ¿Sabes?- Respondió Gerald, preocupado pero sin darle demasiada importancia, Arnold había tomado su decisión hace mucho y sabía que cuando a su amigo se le metía una idea en la cabeza no la abandonaba- Si alguien de la clase gana podrías tomar una buenas vacaciones en algún lugar exótico.

-San Lorenzo s un lugar exótico- Agrego Arnold cuando ambos amigos comenzaron a reír.

Siguieron charlando un tiempo hasta que llego el resto de la clase y por último el Sr, Simmons que no menciono el concurso hasta el final de la clase y les dijo que la próxima semana se anunciarían los ensayos que pasaran al concurso estatal, Todos se levantaban para irse y entregar el ensayo en el escritorio antes de partir, Arnold vio los ensayos y noto que solo el montón de hojas de Phoebe era tan grueso como el suyo, pero no le tomo importancia Phoebe era la chica más lista de la clase y siempre presentaba trabajos enormes.

El resto de la semana Arnold trato de pensar lo menos posible en el concurso, pero simplemente no podía, Gerald intento de todo para que pensara en otras cosas, lo llevo a las cajas de bateo y a jugar en el “campo Gerald” (un terreno baldío que la clase había convertido en un campo de béisbol) pero nada funcionaba, después de un tiempo Gerald se rindió y decidió que lo mejor era esperar a que el Sr. Simmons anunciase que ensayos irían al concurso.

Finalmente luego de una semana, la clase entro antro al aula, aunque eran pocos los que realmente estaban interesados en el concurso Harold por ejemplo entrego una hoja manchada de chocolate y que además era la transcripción de la contraportada de un libro de recetas, en esa ocasión el Sr. Simmons estaba muy emocionado también, y decidió hacer el enuncio al inicio de la clase.

-Chicos, me alegra mucho anunciar que ya me mandaron los resultados de la fase preliminar del concurso de ensayos, y más me alegra decir que de los tres elegidos de esta escuela dos pertenecen a esta clase, lo que es muy especial.- la clase entera se sorprendió mucho pues la mayoría no sabía que había quienes se tomaron el concurso en serio, Arnold le dirigió una mirada emocionada a Gerald y Helga le envió una mirada severa a Phoebe. –los que pasaron a la etapa estatal y final del concurso son Phoebe y Arnold, sus ensayos serán revisados por jueces especializados y se llevara a cabo una ceremonia en el centro de la ciudad para elegir a los tres primeros lugares.

Tanto Arnold como Phoebe tenían la boca abierta, Arnold se había imaginado muchas veces al profesor anunciando que su ensayo pasaba las preliminares, pero ni a si estuvo listo cuando el Sr. Simmons anuncio a los participantes, el otro finalista que pertenecía a la publica 118 era un chico de sexto grada al cual Arnold no conocía, Phoebe por otro lado era bien sabido por Arnold que su ensayo debía de ser excelente, y que si en su propia escuela había alguien que le pudiese ganar en el concurso era ella, aun así no pudo evitar sentirse feliz por ella, cuando pasando la conmoción inicial mostro una gran sonrisa y se puso rápidamente a hablar con Helga de cosas que Arnold no escuchaba.

Al finalizar la clase el Sr. Simmons felicito Arnold y Phoebe y se fue muy alegre, casi tanto como sus dos alumnos. La siguiente semana fue aún más difícil de aguantar que la anterior, y para Arnold resulto muy difícil aguantar hacer su rutina común, sentía ganas de gritar por los nervios, pero finalmente llego el día.



Era un día caluroso en el centro de la ciudad y Arnold y Phoebe y el chico de quinto grado estaban acompañados por El Sr. Simmons y el director Wartz, tan regordete y calvo como siempre, parecía estar lleno de orgullo de que tres chicos de su escuela estuvieran en el concurso. Se encontraban dentro de un gran auditoria, sentados en las primeras filas, Arnold estaba casi fuera de si de la emoción, pero lograba disimularlo muy bien por otro lado Phoebe se encontraba con la vista fija en la mesa de los jueces. Luego de una larga y tediosa ceremonia de presentación, el presentador del evento dio una breve reseña de todos los ensayos que estaban concursando, y finalmente paso el micrófono a los tres jueces, El que estaba sentado en medio, un tipo alto, con cabello cano muy bien peinado y gafas angostas y rectangulares inicio a hablar con voz pesada y profunda.

-Bien, todos los ensayos son realmente muy buenos, pero naturalmente y dada la naturaleza del evento solo se seleccionaran tres, y como se recordara los premios son; para el tercer lugar es un diploma de reconocimiento, para el segundo igualmente un diploma y una computadora portátil, y finalmente para el primer lugar un viaje con duración de cinco días para la clase del alumno ganador a cualquier lugar del mundo de su elección. Sin más preámbulo el ganador del tercer lugar es Frederik Hoyle, de la pública 125.

Un chico alto de cabello castaño y mirada huraña para su edad que parecía de quinto o sexto grado se levantó y fue al estrado, parecía un tanto decepcionado, recibió su diploma y regreso a su asiento.

-El segundo lugar es para Arnold…- el micrófono fallo y se escuchó un fuerte chillido de estática, pero se solucionó rápidamente- … De la publica 118.

En ese momento Arnold se sintió terriblemente decepcionado y triste, más triste que nunca en su vida, no quería hacer otra cosa que irse a casa, pero el Sr. Simmons le dio un pequeño empujón para que fuera al estrado, el profesor creía que Arnold solo se encontraba muy atónito, el chico se levantó y fue a recibir su premio, intentando fingir una sonrisa, tomo su diploma y la un comprobante que aseguraba que la computadora portátil llegaría en corto a su casa. Finalmente regreso a su asiento y se quedó cabizbajo.

-Finalmente la ganadora del concurso es Phoebe Heyerdahl también de la pública 118.

Phoebe se levantó con una gran sonrisa y casi corrió al estrado. Arnold levanto la mirada bastante feliz por ella, y pensó que al menos podría ir al lugar que ella eligiera.

-Bien ¿A dónde llevaras a tu clase?- cuestiono el presentador del evento con una gran sonrisa.

-A San Lorenzo en Sudamérica- Respondió Phoebe con una gran sonrisa en el rostro- siempre he querido visitar un lugar tan hermoso.

Arnold se quedó atónito no dejaba de ver al estrado justo donde se encontraba su compañera, y poco a poco comprendía lo que acababa de pasar, y volvía a el un gran entusiasmo.

4 comentarios:

  1. la pelicula deberia salir ya que hoy en dia los programas que se ven en la tele son tontos y fomentan a los niños a malas cosas deberia volver la seria y por tanto tambien sus peliculas

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  2. Victor Manuel Delacerda Cobos31 de mayo de 2015, 1:45

    esta muy bien tu Fanfic, lograste captar a la perfección la personalidad de los personajes (cosa que muy pocos fanfics logran) prácticamente es como si estuviese viendo la película en mi mente, incluso la imagino con las voces originales y todo xD, solo tengo dos pequeñas criticas menores: la primera: la mayor parte del capitulo 3 es innecesaria, mas que nada porque te dedicas a relatar de manera resumida lo que sucede en el episodio "El Diario" y... bueno, creo que cualquiera que este interesado en esta historia ya vio dicho episodio por lo cual es un tanto innecesario contarlo de nuevo, hubiese sido mejor si simplemente dijeras que Arnold contó la historia a Gerald y luego poner la reacción de Gerald
    la segunda critica es mas personal: bueno, soy muy fan de la película Arnold salva el Vecindario, sin embargo, en esta historia pareciera que no la estas tomando en cuenta, si bien, no sucedieron cosas muy relevantes en la película, si sucedieron algunas que mínimo podrías tener en cuenta principalmente la declaración de Helga pero no solo eso, al final de la película se ve que el vecindario no quedo en muy buenas condiciones que digamos, al menos mencionar que este estaba en procesos de reparación no hubiese estado mal, ademas, ¿la película se lleva a cabo cronológicamente antes o después del episodio "El Diario" principalmente porque mencionas que Arnold estaba mas distraído que de costumbre a pesar de que en la película luce completamente normal.

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  3. muchas gracias


    sobre lo del cap 3, si lo se, sin embargo yo lo vi necesario pues aunque los fans sabemos eso muy de sobra, considere que era importante tenerlo lo mas fresco posible a la hora de leer el fic, pues [spoiler alert] al menos dos elementos de esa historia son sumamente importantes para lo que planeo escribir y no quería confiar en que todos recordarían algunos detalles menores


    lo segundo, tuve muchos conflictos personales en eso, ya que la verdad yo no soy gran admirador de la película del vecindario, no la considero mala, pero la verdad nunca le he tenido apego, y a pesar de su existencia y de que técnicamente es cannon me encontré ignorándola inconscientemente mientras escribía, y cuando me di cuenta el fic iba muy adelante, considere mencionarla en algún punto futuro, pero simplemente no cuadraba con nada de lo que ya estaba escrito, o con lo que planeaba, por lo que decidí continuar sin ella.


    creo que podemos considerar mi fic como un universo alaterno en donde la película no ocurrió


    y contesto aquí lo de otro comentario que pusiste en otro cap, sobre el salto de un año, eso la verdad fue una mera excusa para trabajar con personajes ligeramente mas grandes, ya que por mas que me gustan las parejas de la historia, siempre veo forzados los romances en niños, y bueno en el fic aun son niños pero al menos algo mas maduros que en la serie, o al menos eso quiero creer. podrías decir que ¿por que no iniciar el fic con ellos en la adolescencia? pero quería trabajar desde el punto en que se quedo la serie, por lo que llegar al punto del viaje vi el salto como una forma de mantener ese puente entre serie/fic y aun así hacer lo que quería

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  4. Victor Manuel Delacerda Cobos1 de junio de 2015, 0:57

    jeje, yo tengo fresquesito el episodio bastante fresco, hace algunos días me agarro la nostalgia y quise ver de nuevo Arnold, acabo de terminar de verla hace 2 días, de hecho por eso encontré tu blog, estaba buscando si había algún vestigio de información de la película de la selva pero lamentablemente no encontré nada... bueno, di con tu blog y es algo xD, la verdad me llama la atención tu blog, ayer lo mire por encima pero en cuanto tenga mas tiempo lo mirare con mas detalle

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