Ya he
mencionado antes lo mucho que me gusta la película Fantasitc Mr. Fox, del
director Wes Anderson, bueno, cuando me enteré que haría otro proyecto de
animación en stop-motion, no pude hacer mas que emocionarme. Ese proyecto fue
Isle of Dogs.
La película
nos narra la historia de un Japón, o al menos un símil a Japón, un tanto distopico,
donde el poder lo tiene el miembro de una familia que toda la historia ha
odiado a los perros, ahora tiene la oportunidad de eliminarlos por completo
dado que una enfermedad a comenzado a infectar a todos los canes, por lo que
como medida de sanidad decide enviar a todos los perros a una isla antes
designada como basurero. No cuenta con lo mucho que su sobrino se ha encariñado
con su perro guardián, así que cuando este es enviado a la isla; el roba un avión
e intenta rescatarlo, iniciando una aventura a contra reloj para rescatar al
perro. Mientras el acto de valentía del niño es visto como el inicio de una
revolución pro-canina por parte de una facción de estudiantes.
No hay
otra palabra para describir la película, mas que: Maravillosa. De inicio a fin
es una obra de arte. La historia es algo simple, y siendo justos de resolución
un tato esperable, aunque no quita que tiene un par de giros interesantes y
algunos extrañamente divertidos en su simpleza o en “cliché”. Además de tener momentos realmente
conmovedores.
Anderson
maneja un humor ingles muy característico que ya hemos visto en Fantastic Mr.
Foz y otras de sus obras no animadas, un humor que se balancea hábilmente entre
el absurdo, la sátira y la ironía. Otra cosa muy interesante es el uso de los
lenguajes, los humanos hablan en Japonés mientras que los perros en inglés,
esto no solo es para justificar por que los animales no entienden a sus amos humanos,
si no que hace que el espectador se sienta involucrado con los perros, al hacer
que al igual que ellos no podamos comprender a los personajes humanos, salvo la
notable excepción de la niña líder del grupo disidente. Este juego con los dos
distintos idiomas es usado en algunas de las mejores bromas de la película como
aquellas que involucran a la pequeña perrita “Oráculo” o a uno de los climax dramáticos
de la película.
Pero
sin duda lo que mas sobresale en la película, es la dirección artística, Wes
Anderson siempre ha sido muy cuidadoso en ese aspecto, y la animación le da la
oportunidad única de controlar el entorno de su película al mas mínimo y preciso
detalle, y se nota. Cada escena es preciosa, cada frame de película es digno de
enmarcarse por separado y colgarlo en la pared para observar su belleza. Un auténtico
deleite visual.
Sin
duda Isle of Dogs me ha robado el corazón en mas de un aspecto, no solo me ha fascinado,
si no que me ha enamorado, no puedo esperar para poder verla de nuevo.
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