Bueno, el día de hoy regreso
algo de actividad al blog, para compartir una pequeña anécdota, o tal vez ni
siquiera llega a anécdota, solo es una pequeña curiosidad. El día de hoy es “Día
de Reyes” pero aunque es menos conocido, también es “Día del Geólogo” la cual
resulta ser mi profesión. Por lo tanto me pareció perfecto compartir esta
pequeña experiencia que me ocurrió a mí y unos amigos hace un par de años.
Esta historia no ocurrió en
este día, pero como verán está relacionada. El trabajo de la geología implica
mucho el salir al campo y caminar, caminar mucho, subir y bajar cerros,
recolectando datos propios de la profesión. Esto se suele hacer en equipo dado
que ir al cerro solo podría ser peligroso. En aquella ocasión salí con dos
compañeros y amigos de la universidad para realizar el trabajo de una materia. Debió
ser durante la última semana de enero, y recuerdo que hacia un frió bastante gélido
y mucho viento. Estábamos en un cerro cercano a Ahualulco del Sonido 13, en San
Luis Potosí. Teníamos caminando en el monte cerca de medio día, cuando cerca de
un puerto (la parte más baja entre dos cimas) encontramos un rollo de papel
amarrado a un globo desinflado.
toma panorámica del lugar donde estábamos ese día |
¿Qué tiene que ver esto con el
Día de Reyes? Bueno, en ciertas regiones de Latinoamérica, México incluido es común
que los niños les pidan obsequios a los reyes magos, y una de las formas que se
hace esto es amarrar una carta a un globo y dejarlo a la deriva. Así pues me encontré
una de estas cartas, cientos de miles de niños en todo el país hacen esto, por
lo que no puede ser realmente muy extraño encontrarse con una. Nunca me sucedió
antes, ni me ha vuelto a suceder, pero la pequeña carta que encontré me conmovió
mucho, aquí se las dejo.
Es una carta muy desinteresada
por parte de la niña, con deseaos bastante bonitos, muy propios de una edad muy inocente, en su
momento me conmovió mucho y desde entonces conservo la carta, pues sentiría muy
feo tirar a la basura los deseos tan inocentes de alguien, así que la conservo
guardada dentro del libro “Momo” de Michael ende que es un libro bastante
tierno sobre una niña, así que me resulto apropiado para ser el que guardase algo
tan precioso.
Como dije, esto apenas y llega
a una “anécdota” pero me cada 6 de enero lo recuerdo, así que en esta ocasión quise
compartirlo.
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