Vivimos en la era de la nostalgia, no me cabe duda de eso, demonios es incluso uno de los temas centrales de la más reciente temporada de South Park, y nadie esta indemne de ser nostálgico. Todos gustamos de recordar nuestra pasado, y de revivir momentos felices que tuvimos en aquel entonces, aunque honestamente muchos ni siquiera somos tan viejos, como para considerar algo realmente lejano… pero esa es otra historia, y diría Michael Ende, debe ser contada en otra ocasión.
A lo que voy con esto, es que
al ser la nuestra una generación tan nostálgica, las grandes compañías del
entretenimiento no pierden la oportunidad de aprovecharse de eso, nuestra
necesidad de revivir las glorias del pasado, es una mina de oro para aquellos
que se dedican a llevarnos las salas de cine, y a sentirnos en los sofás para
mirar televisión. Resulta tremendamente más sencillo, re trabajar ideas
pasadas, y adaptarlas al contexto reciente, que trabajar una idea nueva
completamente desde cero.
Desde el punto de vista
mercadotécnico, es un ganar ganar, las compañías se esfuerzan menos, y nosotros
satisfacemos nuestra necesidad de rever el pasado. Por esto es que no es raro
que actualmente las salas de cines, y los canales de cable estén llenos de
remakes, reboots adaptaciones y revivals de películas y series.
Los resultados de esta
práctica son mixtos, a veces se logra tener un producto de calidad notable, y
recepción que le acompañe, como por ejemplo las películas de Batman, partimos
de una adaptación, del comic a la pantalla, la primera película es la de Burton,
una muy buena película, y le seguirán otras que son bastante malas, hasta el
momento en que Christopher Nolan hace un reboot de dicha adaptación, dando como
resultado su trilogía de The Dark Knight, y actualmente tenemos otro reboot con
Ben Affleck.
Luego hay los casos en que el
resultado es atroz, pero el éxito acompaña, como Jurassic World, que a pesar de
ser una secuela se siente claramente como reboot. Y por último están las veces
en que el resultado es atroz, y la recepción tan bien es terrible, un ejemplo
muy reciente es Ben-Hur, que vamos se han hecho ya más adaptaciones y remakes
del clásico, pero la nueva llegaba gritando ser una digna sucesora, fue
horrible y ya se trabaja para que nadie la recuerda jamás.
Todo este proceso no pasa
desapercibido, para la siempre dispuesta a dar su opinión, comunidad de
internet (de la que un servidor, obviamente forma parte) y es común que dicha
opinión sea un estruendoso, y colérico grito en contra “¡No! ¡No lo hagan!
¡Arruinan mi infancia!”.
Y vamos, es entendible, todos
atesoramos con cariño nuestros recuerdos infantiles, y nos alteramos al menor
indicio de que algo podría afectar nuestro dulce recuerdo.
Pero… ¿No soné contradictorio
en este último párrafo? ¿No comencé diciendo que amamos revivir el pasado, que
vamos con toda prisa a formarnos al cine para ver la nueva secuela o remake?
Pues efectivamente es un tanto contradictorio. Somos reticentes al cambio, pero
también somos curiosos, no queremos que alteren lo que nos gusta, pero queremos
ver “que se les ha ocurrido de nuevo en esta versión” de esta forma es que
damos un mensaje erróneo a las grandes productoras, como nuestra curiosidad nos
hace ver el producto que fabrican, ellos reciben el mensaje de que es eso lo
que queremos, aunque en muchos casos es justo lo contrario.
Veamos grandes ejemplos de
este mismo año, se me ocurren dos importantes, ambos con diferencias entre si
igualmente importantes.
El primero Ghostbusters, ante
todo, la palabra clave de este reboot fue: Polémica.
Todo sobre esta película era
polémica, la misma productora lo vendió de este modo, para bien o para mal,
partimos de que la gente quería una Ghostbusters 3, y lo que dieron fue un reboot,
seguida de a polémica en que “en esta ocasión” los Ghostbusters serían todas
mujeres… Esto genero ríos de discusiones en internet, la polémica se sirvió y
todos opinaron:
- · Que si no te gusta que sean todas mujeres, eres un machista.
- · Que si no te molesta que sean mujeres, eres un conformista que no aprecia la original.
Esas eran las dos opiniones
más fuertes, y que opacaron por muchas opiniones más sensatas, como el hecho de
que no es que fueran mujeres, si no que la comedia era blanda, sosa y poco
divertido. Al final la película ha sido un fracaso, y fracaso no porque el cast
sea femenino, ni por qué no adapte fielmente al material original, fracaso,
porque era sosa, blanda y poco divertida.
El otro ejemplo importante del
años es “El Libro de la selva”, un remake del clásico animado de Disney, esta
vez en un entorno realista, o más bien live-action (aunque solo hay un
personaje humano, y todos los demás son animación CGI), en esta ocasión las
reacciones iniciales fueron distintas, honestamente las primeras reacciones a
su anunció fueron “meh” y con el estreno se volvió un fenómeno, a la gran
mayoría del público le fascino, a pesar de plantear diferencias notables con la
original, no solo era un medio distinto, al pasar de la animación al
live-actión, se cambió drásticamente el final, así como la forma en que se dan
varios eventos, o como se relacionan algunos personajes, todo eso no pareció
importar pues el público la adoro.
Ahora ¿Por qué paso esto? ¿Por
qué la gente aborreció cada cambio hecho en Ghostbuster, pero no resultó
afectada por los cambios en el libro de la selva? Creo que, regresando al núcleo
de este texto, la razón es la nostalgia. Ghostbusters es una de las comedias
estadounidenses más recordadas de todos los tiempos, para algunos incluso es la
mejor directamente, por lo que cualquier cambio, por menor que sea suena a una
terrible afrenta contra el material original.
Por otro lado, a pesar de que
el libro de la selva es un clásico de Disney, tampoco es que sea el más
recordado o querido de todos, honestamente jamás he escuchado a nadie decir que
es su película preferida de la casa del ratón, y si en México se recuerda es
más que nada por que Balu tiene la voz de Tin-Tan, por esto mismo, aunque la
película tiene un factor nostálgico al ser parte de la infancia de muchos, no
es lo suficientemente importante como para que nos importen dichos cambios, y
estamos más dispuestos a ver una nueva aproximación, desde un distinto enfoque.
Y es que es una obviedad, nos
importan más los cambios cuanto más apegados estamos al producto. Pero ¿Es
realmente necesario apegarnos tanto? ¿Es realmente fundamental esa pasión por el
materia original?
Veamos un tema parecido, pero
no necesariamente nostálgico, las adaptaciones, así como los remakes y reboots
son comunes ahora, lo son las adaptaciones, de libros o de lo que sea. Hoy en
día parece que Hollywood solo sabe ofrecer eso.
Existen buenas adaptaciones, y
malas adaptaciones, y por supuesto la gente en lo general quiere ver una buena
adaptación del libro, o serie que les gusto y va a dar el brinco a la pantalla
grande, pero ¿Es una mala adaptación automáticamente una mala película? La
respuesta es no, y como espectadores deberíamos estar dispuestos a entender
eso, porque lo que funciona en un medio, no necesariamente funciona en otro.
Ejemplos:
- · Forrest Gump, una de las películas más galardonadas de la historia, es una adaptación tan nefasta del libro en que se basa, que su autor no quiso volver a saber nada sobre la película.
- · La historia sin fin, lo mismo, una de las películas infantiles más recordadas de la historia, pero tan mala adaptación que el autor del libro se negó a aparecer en los créditos del filme.
- · El castillo ambulante, para muchos una obra maestra de Hayao Miyazaki, excelente película, pero una de las peores adaptaciones jamás hechas en la historia del cine.
Todo lo contrario también es
posible, tenemos el caso de “El Resplandor” la película es una de las más
recordadas del cine del terror, pero es una mala adaptación a punto de que
Stephen King hizo una miniserie para adaptar mejor el material de su novela, y
si la serie está bien adaptada, pero es una muy mala serie.
¿A dónde voy con esto? Bueno,
pues aunque como fanáticos, nos gusta ver buenas adaptaciones de las cosas que
nos gustan, al final de cuentas, son eso, adaptaciones, y por tanto tendrá
cambios, lo que estamos viendo es la visión personal de otra persona, del
material original, los grandes clásicos de Disney son la visión de sus
directores, y no la visión de los Hermanos Grim. Por ejemplo, está el caso
actual de la adaptación estadounidense de Ghost in the Shell, polémica por el
simple hecho de ser una adaptación estadounidense del famoso manga japonés, los
fans brincaron el cólera al escuchar que Scarlett Johansson seria Motoko, por
el hecho de que no es asiática, y los fanáticos exigen fidelidad al cien por
ciento al material original, olvidando que al fin de cuentas es una adaptación
estadounidense, y por lógica los personajes serán de rasgos americanos, que si
hay americanos de rasgos asiáticos, pero eso no es lo importante, lo importante
es como se transmite la historia, y aún no hemos visto ese apartado, aun puede
ser una buena o una mala película, sin embargo para mucha gente ya está
condenada, simplemente porque la protagonista no tiene los ojos rasgados (el tema de los cambios de raza, da para otra entrada).
Y esto es el núcleo de todo
remake o reboot, son en su centro una adaptación, tal vez no de un medio
anterior, solo d películas o series anteriores, pero no dejan de ser
adaptaciones, tendrán cambios, algunos serán buenos, otros malos, pero lo
importante es la historia y los personajes.
Del mismo modo en que los
malos remakes deben ser condenados, cuando no solo son malas adaptaciones, si
no malos productos, del mismo modo hay que dar una oportunidad para descubrir
si dichos cambios son buenos o no. Retomando el título del texto ¡Me arruinaron
la infancia! ¿Es cierta esta afirmación? El hecho de que un remake, sea peor al
material original ¿Me afecta como fanático? ¿Afecta mi memoria de la
experiencia original que tuve? La respuesta es no, el material original sigue
existiendo, y uno siempre puede regresar a él, y seguir disfrutándolo, que
Ghostbusters 2016, o Jurassic World sean malas películas no me impide volver a
ver las originales y disfrutar cada segundo de ellas de la misma forma. Y quien
sabe, tal vez de vez en cuando algún remake será como El libro de la selva, y
nos dará una buena experiencia, que no solo nos recuerde a la que sentimos
cuando vimos la original, si no que la nueva propuesta complemente y mejore
dicha experiencia, hay que darle una oportunidad a los directores, cuando
quieren que su visión valla más allá, y agregue algo más.
Es fácil distinguir un buen
remake de uno malo, lo que quiero decir con toda esta palabrería, es que si
bien toda esta época de remakes innecesarios y que nadie pidió es dañina en
cierta forma porque mina la creatividad, no es razón para montar en cólera, pues
el material original sigue existiendo y sigue siendo igual de bueno, y con todo
y todo de vez en cuando puede surgir un reboot, remake revival o adaptación que
haga un buen trabajo.
Porque por mas malo o bueno
que sea un Remake, este no tiene la capacidad de arruinar tu infancia.
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