Ya hablé
con anterioridad un poco de esta obra, solo a modo de introducción. El día de
hoy quiero platicarles mi experiencia completa leyendo esta pequeña pero
maravillosa obra.
Samantha
es una chica que vive y trabaja en un deshuesadero de autos en medio de la
nada. Veterana de la marina de EUA. Es una chica ruda y reservada, que se ha
alejado lo más posible del resto de la gente. Con excepción de la dueña del
deshuesadero, la Sra. Libby, la anciana cascarrabias, pero de gran corazón, y
que los fans de Terry Moore reconoceremos como la tía abuela de Francine de
Strangers in Paradise.
Pero
Sam (como la llaman la mayoría de las personas) no está sola, su amigo
imaginario, el gorila antropomórfico llamado Mike la sigue a dondequiera que
ella va, le hace compañía y evita que ella sucumba ante los horrores de los
recuerdos de su tiempo en servicio. Sam sufre un gran estrés post-traumático
debido a su pasado, y constantemente trata de dejarlo atrás, cosa que le causa más
de algún problema.
Su
vida tranquila vida con Mike y la chatarra de autos se ve interrumpida por dos
eventos insólitos, el primero es que un muy adinerado y misterioso hombre trata
de comprarle a Libby el terreno del deshuesadero. ¿El segundo? Una noche Sam se encuentra con hombrecitos
verdes del espacio, literalmente un platillo volador se estrella en el desierto
y hombrecitos verdes salidos de una caricatura se ven en la necesidad de que
Sam les ayude a reparar su nave.
Sam no
está loca o eso quiere creer ella, Sabe que Mike su amigo gorila es producto de
su imaginación y sus traumas… pero ¿Lo son también sus nuevos amigos
espaciales? ¿Por qué una misteriosa organización sin nombre desea tanto ese
terreno?
Todo
esto se junta en una historia corta, pero divertida y emotiva. Acompañamos a
Sam a lo largo de 10 números en los que entendemos la importancia de Mike en su
vida y como este se relaciona a los horrores que vivió Sam en la guerra. Lo que
en la superficie es una historia de ciencia ficción se vuelve en la práctica
una historia de superación y enfrentarte a tus propios demonios. Empatizamos
muy rápido con Sam y Libby que solo desea ayudarla a salir adelante.
Todo imbuido
en el tradicional estilo de Terry Moore, que maneja la narrativa tanto como el
dibujo balanceándose entre la seriedad y el humor de manera calculada para que
nunca notes la transición, de manera que los momentos de humor sacan siempre
una sonrisa, y los momentos tristes o serios no te dejan indiferente.
¿problemas?
Tal vez que es muy corta, y uno gustaría que se desarrollaran más ciertos
aspectos y ciertos personajes. De manera personal la ambigüedad no es un
problema para mí, pero entiendo que a algunos no les guste la ambigüedad que
maneja Moore en los tramos finales dejando algunas preguntas al aire y otras a
la interpretación del lector.
En el
apartado Grafico es Moore en estado puro, si te gusta su dibujo te gustara
igual en esta serie.
En
fin, de manera personal recomiendo está obra como una introducción al trabajo
de Moore, como una pincelada de lo que el autor es capaz de hacer. Si te gusta
y quieres más, puedes dar el salto a Strangers in Paradise o Rachel Rising,
obras más largas y profundas en lo que exponen (sin decir que Motor Girl no
tenga su profundidad). Es una lectura para una tarde libre, pero te aseguro que
vas a disfrutar de dicha tarde.
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